Día de la Bandera: discurso de Héctor «Cano» Ingram

Nos convoca hoy nuestra necesidad de rendir honor a nuestra enseña patria, y recordar a uno de los próceres más importantes de la independencia de los pueblos del sur.

Dentro de unos instantes, estas niñas y niños de escuelas de Trevelin y de los parajes, expresarán su promesa a la bandera.

Una promesa que va más allá de solamente esa fórmula ya escrita. Y que tiene que ver con nuestra identidad como nación, así como también nuestra integridad; nuestras esperanzas y nuestras obligaciones como ciudadanos.

Es a esta misma bandera celeste y blanca a la que le juraron lealtad hasta morir, los soldados del regimiento que comandaba Manuel Belgrano.

Es la misma a la que en 1865, en el valle del Genoa, en Gobernador Costa, juraron fidelidad los pueblos Mapuches -Tehuelches, encabezados por el cacique Casimiro Biguá.

Es bajo el amparo de esta bandera que, en 1902, decenas de familias de esta región decidieron vivir.

Es la misma que flameó en Malvinas y por la que lucharon nuestros héroes en 1982.

Es la que lucen nuestras empresas como Aerolíneas Argentinas o YPF. Y la que en los limites extremos del mundo, en la Antártida, desde lo más alto dice que hasta ahí llega la Argentina.

Porque nos identifica; nos une, nos hermana. Pero también nos compromete a dejar cada dia lo mejor de nosotros para honrarla y poder seguir portándola orgullosos.

Quien nos marcó el camino fue su creador. Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.

Porque no fue solamente coser dos trozos de género y decir esta es la bandera.

Sino que al izarla, allá, en las riberas del río Paraná, ponía sus ideales y sus acciones como ejemplo. Esos que lo llevaron a defender a Buenos Aires de los invasores ingleses en 1806 y 1807.

Los mismos ideales que lo llevaron a ser parte del primer gobierno patrio y ser de los que declararon nuestra independencia en Tucumán.

A encabezar el ejército del norte para pelear contra el imperio español aun cuando no era militar.

Pero también a crear escuelas usando para eso lo que a él le pagaron por sus servicios al frente del ejército; o a fundar periódicos y a promover campañas de salud pública.

Su ejemplo debe ser hoy nuestra bandera.

Quienes deseamos una patria sin excluidos; con oportunidades para todos y todas; con un ejercicio pleno y responsable de la democracia, cada 20 de junio, debemos repetir, desde lo más profundo y a coro con nuestros niños y niñas, si prometo.